Nos complace anunciar a nuestros lectores que un nuevo número de Dialektika ha sido publicado. Este, no obstante, no ha estado exento de complicaciones y cierto ajetreo editorial. Solo que en esta ocasión se ha sumado un componente indeseado: el coronavirus. Ello nos obliga a expresar, a participar, a decir algo sobre la nueva coyuntura.
Entre las lecciones que nos ha dejado el virus, está el alto grado de escepticismo que hay en nuestras vidas. Pareciera que no confiamos en nada ni en nadie. Ello no es nuevo ni tampoco infundado, pero el virus ha puesto de relieve lo hondo que ha calado la desconfianza que le tenemos a los políticos, a los profesionales y a prácticamente todo. Una desconfianza que se alimenta de cadenas de WhatsApp, comentarios de Facebook, y millones de tweets diarios.
Además, junto a las ya famosas imágenes de hospitales, homenajes desde balcones, y manifestaciones en contra del confinamiento, se nos va presentando una realidad mucho más compleja. La realidad detrás del Covid-19 está también en relación con la pobreza, las desigualdades, las muertes por falta de acceso a servicios básicos. Para algunos es algo que parece ser absolutamente nuevo. Para otros, los que nos dedicamos a la siempre difícil tarea del pensamiento crítico, no, no es nuevo. Y precisamente por eso la situación nos obliga a hacer más.
Lo que aquí se olvida es que, para muchos, incluida Latinoamérica, la reclusión y el aislamiento no es una opción. Solo en Latinoamérica 140 millones de personas dependen del sector informal, según datos de la Organización Internacional del Trabajo. Y según esa misma organización el brote de Covid-19 pudiera provocar la destrucción de 25 millones de puestos de trabajo en todo el mundo, generando pérdidas de 3,4 billones de dólares de ingresos de los trabajadores este año. Esta ha sido la crisis del neoliberalismo global y los más afectados no pueden darse el lujo de salir a cantar en los balcones.
No podemos perder de vista tampoco que el virus resalta las diferencias sociales. Diferencias que se expresan fundamentalmente entre aquellos que pueden refugiarse por largos periodos de tiempo o incluso construirse sus propios bunkers, y aquellos que no pueden darse ese lujo y que se exponen más rápido a la muerte real; un ejército de fantasmas y zombies prescindibles.
Creo que frente a nosotros se alzan en definitiva dos escenarios. El escenario menos promisorio es el de la salida virtual, o sea, hallar otro gran tema que nos saque de la triste y miserable realidad que hemos construido. Así, ante la crisis y el shock que implica la invención de una vacuna o la inmunización de grandes grupos sociales, también se inventará una contraparte virtual que nos devolverá al mundo anterior antes de que nos hayamos dado cuenta. Según los índices de audiencia, de entre todo el grupo de temas clasifica algún nuevo escenario conflictivo en el medio oriente, las elecciones en Estados Unidos, o un agravamiento de la crisis en Venezuela.
El escenario más promisorio, pero más complejo, es el que Kant ha planteado hace ya dos siglos en un pequeño pero contundente texto, ¿Qué es la Ilustración? Allí el filósofo sentenciaba “atrévete a pensar” como salida a la minoría de edad. Hoy nos encontramos todavía en esa minoría de edad, en la que aún el pensamiento va siempre retrasado respecto a la ignorancia. Es un camino difícil, pero en medio de la crisis hemos vuelto a ver cómo muchos han recordado que son los médicos y no los políticos lo que salvan vidas. Es la Ciencia, el diálogo, la información objetiva y precisa, el pensamiento crítico, lo que nos ofrece la verdadera libertad y una cura duradera. Ni el imperio de la posverdad, el relativismo o las teorías conspirativas salvarán el diálogo necesario de la humanidad. Y ahí, justamente ahí, es que entra Dialektika como espacio que reactualiza la noción de diálogo en esta contemporaneidad líquida.
En esta ocasión, hacemos una entrega que cierra el primer ciclo de vida de Dialektika. Un ciclo de nacimiento, en el que hemos aprendido mucho en procesos clericales, pero también en los creativos y editoriales. Entregamos un número perfectamente balanceado en sus propuestas con cuatro artículos que reflejan investigaciones variadas dentro del campo de la filosofía contemporánea; cuatro ensayos que muestran la vitalidad que este género debe imprimir a nuestra área de conocimiento; y cuatro comentarios reflexivos específicamente sobre la nueva realidad que ha impuesto la pandemia.
No queremos cerrar esta comunicación sin antes agradecer a todos los amigos que todavía creen que la filosofía, y con ella el pensamiento crítico, también puede contribuir a salvar vidas.
Dialektika seguirá trabajando en ello.
Saludos,
Dr. Jorge González Arocha
Editor General