Entre la crítica, la crítica social y la organización de la vida humana. Una lectura entre miles

Between critique, social criticism and the organization of human life. A reading among thousands

 

DCs. Zoila MarÌa Fajardo Estrada

Universidad de La Habana, La Habana, Cuba

 

1. Email: [email protected] ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5984-4246

 

Recibido: 12/05/2022  Aceptado: 01/09/2022

 

Fajardo Estrada, Z. M. (2022). Entre la crítica, la crítica social y la organización de la vida humana: Una lectura entre miles. Dialektika: Revista De Investigación Filosófica Y Teoría Social, 4(11), 77-88. https://doi.org/10.51528/dk.vol4.id82

 

Resumen

Este ensayo pretende responder al interés de develar elementos de discernimiento al permitir entender, desde una mirada epistemológica, cómo la crítica social posibilita o entorpece la asimilación cognitiva de teorías. Dispuestas en arsenal en el repertorio asimilativo humano, las teorías se vuelcan hacia la memoria pública al insertarse como patrones de comprensión y actuar. Permiten guiar el accionar humano. En este proceso la crítica social actúa como elemento mediador de asimilación, a la vez que determina el grado de aprehensión del conocimiento a partir de la episteme que le es inherente. Semejante actuar cognitivo en tiempos tecnológicos como los que nos asisten, posibilita insertar verdades en coherencia cognitiva entre el universo virtual y el hacer físico cotidiano. Tal disposición de cosas convierte a la organización de la vida en instituciones establecidas sobre el primado de las normas, reglas y ritos, en recursos de establecimientos de orden no ajenos a la Crítica como diálogo de compensación de intereses, haceres y sentires en congruencia con los tiempos, las épocas y los avatares que a la organización humana impone la vida.

Palabras claves: Epistemología, Crítica, Instituciones, Coherencia cognitiva

Abstract

This essay aims to respond to the interest of revealing elements of discernment by allowing us to understand, from an epistemological perspective, how social criticism enables or hinders the cognitive assimilation of theories. Arranged in an arsenal in the human assimilative repertoire, theories turn towards public memory by inserting themselves as patterns of understanding and acting. They guide human action. In this process, Social Criticism acts as a mediating element of assimilation, while determining the degree of apprehension of knowledge from the episteme that is inherent to it. Such cognitive action in technological times such as those that assist us, makes it possible to insert truths in cognitive coherence between the virtual universe and everyday physical activity. Such disposition of things turns the organization of life into institutions established on the primacy of norms, rules and rites, in resources of establishments of order not alien to Criticism as a dialogue of compensation of interests, doings and feelings in congruence with the times, the times and the vicissitudes that life imposes on the human organization.
Keywords: Epistemology, Critique, Institutions, Cognitive coherence
 
 
 
Introducción 

 

Resulta inherente a toda producción humana apelar a la crítica como expresión del grado de aceptación o negación del proceso del que se trate. Es “demasiado humano” disentir o aprobar sobre los asuntos que conciernen a la naturaleza humana en sus formas de creación colectiva. Sin embargo, en estos tránsitos necesarios entre el asimilar, aprehender y convertir en arsenal cognitivo la propuesta teórica, muchas dinámicas mueven los desenlaces. El grado de asimilación de una teoría para convertirse en un criterio enmarcador de verdades en el hacer público, necesita atravesar recursos de comprensión que con anterioridad se asentaron en carácter de significantes, simplificadores del análisis. En este orden se sitúan, los prejuicios, las creencias, las representaciones de todo origen. Permiten generar a nivel existencial y epistémico la coraza cognitiva necesaria en la configuración del comprender el mundo contradictorio. En este margen aprehensivo se encuentran además las formas de asimilación de diálogo con el entorno y dentro de ellas la crítica se constituye en el reservorio constante de los por qué de aceptación o negación de los contextos determinados, objeto de análisis.

 La importancia del tal formato de vínculo crítico con el entorno refleja las formas activas de comunicación con el medio social. Es posible ver en esta forma de discernimiento el grado de asimilación de las teorías, los obstáculos que a la comprensión y a la organización de la vida social se presentan. El compromiso del conocimiento con la vida, en la medida que la mediación critica expresa rompimientos y (o) asimilaciones con las formas milenarias o recientes de hacer suyas las experiencias. El valor intrínseco de la crítica en la organización de la vida humana puede resumirse a partir de lo anteriormente expresado.

El motivo de este ensayo se deriva de las tendencias actuales en la filosofía, la política y las Ciencias Sociales contemporáneas de recibir los enunciados de una determinada teoría asertivamente, sin la aproximación consecuente al examen analítico. La presencia de la información y del criterio en términos de opinión sin el respaldo debido del conocimiento, han hecho que la voluntad colectiva se postule por la idea de las opiniones dicotómicas. Esto es, la existencia de pares analíticos contrarios circulando a modo de verdad, que diseñan el universo de análisis de toda propuesta de pensamiento: si existe la crítica, la censura también es una posición.

En este ensayo se intenta develar algunos elementos a partir de una disección metodológica con objetivos explicativos. Hemos hecho separar dos elementos categoriales que conforman en el pensamiento humano una unidad: la crítica doxa y la crítica social. El fin de esta propuesta analítica es la comprensión de la medida en que la crítica, como ejercicio de criterio, necesita transitar como proceso de asimilación por los hilos lógicos que conforma la experiencia. Para construirse desde esta posibilidad, hacia los caminos del conocimiento estructurado, a manera de recurso de avanzada, epistemología, pauta cognoscitiva, paradigma, cultura en los fundamentos de una época.

Al perseguir este fin en la demostración de las ideas, se utiliza una literatura variada de autores clasificados en las más diversas procedencias y escuelas de pensamiento. De estos textos, han resultado valiosas las clasificaciones que obedecen a indicadores generales. Así, las denominaciones de la crítica como externa, interna e inmanente y sus variantes, la Teoría Critica y la razón socialmente activa, el enfoque marxista, han sido tenidas en cuenta en estas reflexiones.

2- Entre la crítica, la crítica social y la organización de la vida humana

Resulta transversal a todas las disciplinas y saberes valerse de una epistemología. En ella se insertan aquellos elementos necesarios que ordenan el pensar y permiten comunicar ideas. En este orden, es posible definir una episteme como una relación inter subjetiva, engloba conceptos, conocimiento, aprehensiones situadas en tiempos y épocas disímiles y guías del actuar humano. Alrededor de ella se mueven también los sentires de las épocas sobre los que se construyen los códigos que hacen posible la comprensión humana.

La epistemología tiene como objeto develar estos elementos y hacer que la información contenida en ellos se convierta en conocimiento. Para ello se vale de la lógica, en la búsqueda de la llamada “eficacia pragmática de la memoria pública”. Sin embargo, de invertirse el orden de análisis de la teoría a la práctica social, ¿cómo hacer para que una teoría convierta su arsenal en un universo recurrente para el repertorio público o lo que es lo mismo, ¿cómo vincularla al modo de pensar y sentir de una época determinada?

Cuando en investigación científica nos referimos a haceres, tomamos como referencia las formas o modelos en que se realiza o ejecuta una acción. En las sociedades esta ejecución viene avalada por formas de aprehensión que obedecen a la construcción de una cognición con avales basados en ejecuciones complejas donde influyen: experiencia de vida, aspiraciones signadas por el presente y por un universo ausente en pasado y en futuro. Se tiene en cuenta, además, aquellos principios que en el decir de las ciencias cognitivas se establecen como “coherencia cognitiva”. Esto es, armonía interna entre el sistema de ideas, creencias, emociones, principios que hicieron viva la aprehensión interna y la posibilidad de la acción como consecuencia. En caso contrario ocurre la disonancia y esta contradicción cognitiva conlleva a la fosilización de aquello concebido de manera naturalizada en el sentir- pensar humano.

Las instituciones, como formas en que la humanidad se organiza, llevan dentro de sí, en su fundación y desarrollo semejantes constituyentes. Toda vez que una institución funda sus bases en el pensar colectivo de donde proviene su naturaleza. Establece convenciones que dirigen el accionar humano en normas y procedimientos clasificadores, generalmente del poder del que se trate. Se constituye en red, lo que agiliza las tomas de decisiones, intenta ser de procedencia colectiva sin limitar la individualidad como recurso evaluador de los contextos y problemáticas, se abastece de elementos selectivos y constructivos de acuerdo a sus intereses. Por lo que construye sentido y en este orden cumple funciones, las podemos comprender, comentar, aprobar y desaprobar. Es decir, en su contenido lleva implícito la crítica. Así es interpretada por los miembros y ciudadanos de un país. La meta, es la orientación hacia donde se dirige. De no ser así, es comprendida como inmóvil y carente de sentido. Sin embargo, a pesar de que los límites del lenguaje, en sus expresiones múltiples, son los límites del mundo en que viven los seres humanos, dotar de sentido también es ampliar el horizonte significativo de las cosas, de las instituciones, si tenemos en cuenta que como construcción humana puede ser promovida o reestructurada de acuerdo al contenido de la época. En este afán se conduce la apertura hacia un universo simbólico que puede escapar al orden lógico reinante, aún ante acciones humanas que no resultan autocomprensibles a simple vista. Es aquí cuando el pensar humano se traslada a las instituciones y el sentido (como llegada a la meta) es medido por el grado de aceptación e identificación de los humanos con el nuevo contexto institucional creado.

En su haber de realización se encuentra la crítica, como mediador del pensamiento y acción dirigida a una meta, recurso y enlace entre la idea, pensamiento reflejo en la nueva realidad generada, llámese institución y (o) accionar humano. La crítica hace posible la coherencia cognitiva, toda vez que analiza los pros y los contras. Identifica el recurso sesgado y los aspectos positivos y negativos de una situación dada.

La crítica es entonces, inherente a la existencia de los humanos. El carácter individual y diferenciador de los colectivos humanos establece que la aprehensión de los procesos sociales en sus múltiples variantes, se asimile de manera diferente en cada humano sumergido en ellos. Y es que aún en medio de códigos y configuraciones colectivas, el entender internamente la vida en sus dimensiones múltiples, es “demasiado humano” en el decir de Nietzsche. Es decir, cuenta con el elemento individual avalado por la experiencia social y biológica que hacen del actuar colectivo una condición individual.

La crítica- doxa es una forma de manifestación de lo anteriormente expresado. Es un saber que acude a aquello en lo que creemos, vivimos, los prejuicios que dominan la vida, los dogmas en el actuar, las consecuencias de las disonancias cognitivas, los engaños latentes, la inversión de las normas, entre otros. La crítica doxa es expresión real de la salud de los procesos sociales, refleja la cala del conocimiento en el sentir de una época.

En la crítica, en su acepción más amplia, el interlocutor debe poseer herramientas que concilien las pasiones con los fundamentos racionales o juicios a emitir. Resulta frecuente en la literatura académica encontrar tres formas de crítica social:  Una lectura rápida pudiera resumirlas así: a) la crítica externa, b) la crítica interna y c) la crítica inmanente. Cada una de ellas se distingue por los diferentes principios que utilizan. La crítica externa presenta dos formas básicas. La primera es la crítica de una sociedad a otra, mientras que la segunda es la crítica que se realiza por medio de un proceso de abstracción del mundo social en su totalidad, a través, de la construcción de principios racionales o de otro tipo (Caviglia M, 2017)

Por su parte la crítica interna en sus dos formas básicas parte por un lado de desarrollar a partir de principios tradicionales sus fundamentos, tiende a ser neoconservadora. Y en una segunda variante recompone significados de las prácticas sociales a través de “la interpretación realizada gracias a los recursos de la hermenéutica” (Caviglia M, 2017). La Crítica Inmanente de la sociedad es una alternativa de la filosofía contemporánea, es de origen liberal y busca construir un procedimiento, principios de crítica social externa. Por ejemplo, principios de justicia, condiciones ideales del discurso político. Esta es la forma más enraizada en el hacer de las ciencias sociales contemporáneas ya sea por la vía de la interpretación o de la investigación genealógica.

La Teoría Crítica, es un ejemplo de lo anteriormente expresado.  “Insiste en una mediación de teoría e historia en el concepto de una razón socialmente activa”. (Caviglia M, 2017). Es una crítica con fundamento epistémico, toda vez que se trata de un conocimiento metódico y de bases racionales. La razón socialmente activa en la teoría crítica se traduce hoy, a partir de la responsabilidad social implícita en el pensar que introduce lecturas diversas sobre enfoques disímiles acerca de la sociedad. Garantiza tal postura una asimilación del contexto alejado de la idea del Hombre Colectivo feudal, definido por sus obligaciones consuetudinarias, jerarquizado en su posición frente al universo social. Se trata del ciudadano comprometido con un deber que interioriza desde la mediación crítica y desde allí, crea y recrea su contexto individual y social en una coherencia cognitiva.

Más allá de las limitaciones que pueda presentar la propia Teoría Crítica, el entender las mediaciones aquí citadas, conducen a repensar el sentido en que las instituciones políticas y sus reflexiones críticas, constituyen un argumento permanente para entender que la razón socialmente activa es resultado de la interacción mediadora de la crítica social. El principio de construcción colectiva solo puede entenderse si junto al recuerdo histórico se realiza una reinterpretación desde las posturas de los ejecutantes, agentes de cambio de la época, necesitados de valerse de recursos analíticos que se correspondan con la forma específica de vida y actividad de su presente. Se trata de una perspectiva de generación de conocimiento sistemática sobre la base de las múltiples aristas que conforman la vida societaria.  La encrucijada a tener en cuenta radica en que, si se encasilla la construcción social a salidas interpretativas competitivas, es decir a sistema de relaciones sociales sobre el primado de la competitividad, la actividad de referencia intermedia basada en el construir sobre un ideal o recuerdo histórico adquiere carácter débil, endeble, triunfa el arribismo porque cada cual buscará el camino de acuerdo a la meta individual que se propone. Si, por otra parte, se interpreta la construcción social a partir de principios atributivos, el tabú del pasado y la jerarquización compleja hace mella y la creatividad se circunscribe a aquello permitido en norma por las instituciones o vejado como contraoferta al absurdo de lo no permitido.

Es por ello, que entender los procesos sociales desde una visión compleja representa un beneficio. La posibilidad de la lectura dialéctica en el amplio sentido del término resulta una vuelta hermenéutica hacia aquellos actores en sus verdaderas definiciones. Sin el velo místico de la repetición continuada de verdades, con opciones de réplica y en posesión absoluta del regreso a su constitución, como forma de vida humanas.

Cuando de epistemología política marxista se trata, la construcción del concepto atiende a diversas variantes de análisis. Existe una coherencia cognitiva en tanto, la Teoría ofrece elementos entrelazadores donde es posible concebir el hilo hilvanador con las ciencias y saberes múltiples. Solo que, la condición de la crítica social adquiere relevancia específica, toda vez que más que mediadora constructora de contextos es el elemento intrínseco, semántico, significativo, distintivo de la presentación del discurso.

El marxismo dialoga desde su creación con aquellos elementos de la teoría y la práctica convertidos para su época en ejes del pensar y por ende en formas de instituirse la sociedad. Toda concepción que crezca sin estas bases se modula hacia una forma específica de hacer sobre la que el fundamento de la duda metódica se entroniza.

Dialogar significa alternar, discutir sobre un asunto con alguna intencionalidad, es decir sobre algo contextualmente existente, objeto de reflexión. La sociedad como centro de atención fue y es, objeto de investigación para el marxismo. Las estimativas acerca de las problemáticas como recurso de unidad sistematizadora fueron y son, objeto de estudio. Sus predecesores a partir de postulados diferentes vieron a bien, una sistematización diversa teniendo en cuenta las lógicas y contextos en que los problemas pueden plantearse y formularse como tales.

Así que, a épocas diferentes, teoría con elementos entrelazadores a partir de una coherencia cognitiva y concepciones que surgen del propio método marxista: entender la realidad como proceso. Este entender la realidad como proceso a partir del saber científico, es verla en el significado real de los eventos. Si bien la apariencia juega un lugar en la presentación de los fenómenos sociales, es también su aparición un indicador a nivel fenomenológico que designa una realidad a desentrañar. Ella es una voz significativa que oculta un decir claro de intenciones, representaciones y deseos que se han construido como dogmas. Desde estos principios de análisis la crítica como dominio de la doxa u opinión ejercida en la esfera pública se constituye en patrones, donde las generalizaciones entretejen aquellos conceptos asentados en la memoria pública en intencionalidades que atienden a representaciones aprehendidas desde diferentes fuentes. Pensar crítico desde el sentido común, significa cuestionar, dialogar desde el repertorio mínimo del hacer inmediato. Envuelve en sí tal postura, el referente de lo tradicional, las aspiraciones y las representaciones adquiridas por el hacer cotidiano y por lo aprendido mediante los agentes socializadores del poder. Dígase, la escuela, las instituciones instauradoras de normas, entre otras. Si la experiencia socializadora de la realidad es entendida de manera contradictoria, la crítica desde el sentido común genera dudas y se manifiesta asintiendo o negando el orden generador de contradicción. Entiéndase, se dirige a asimilar aquello que se muestra más congruente con los deseos, aspiraciones y metas.

En la era de las redes digitales sociales esto se materializa en los intentos por reflejar y hacer una vida dividida entre lo anhelado y fotografiado a manera de felicidad y aquello que es fuente real o recurso de vida. De ahí la influencia sobre los humanos de aquello que represente el compromiso sensible con modelos de pensamiento y hacer que hagan la vida más ligera de cargas “dramáticas”, esto es, de saltos decisivos hacia la integración del yo con todo lo relacionado con un hacer colectivo de contenido significativo holístico. En vínculo entre el Hombre genérico, la naturaleza, la vida, con sentido amplio hacia el logro de virtudes enaltecedoras.         

Un ejemplo que puede evidenciar lo anteriormente expresado puede ser “el problema de la creencia en nuestra libertad”. Similar certeza no proviene como producto de un proceso introspectivo, sino de la capacidad que tenemos para reconocer en el lenguaje y en la conducta de los otros, aquello que dentro de nosotros llamamos una razón para actuar (Vázquez M, 2011)

Así, la libertad aparece relacionada más con preceptos y normas colectivas que con la manera interna de reconocerla. Es una señal esto, del significado de la crítica doxa y su relación con la crítica social constructora de epistemes. Lo que una representa expresa el logro de la segunda, en tanto, la primera (critica doxa) es evidencia de una cultura, un contexto y la otra, crítica social o epistémica, conduce hacia una meta en un universo ausente que en pasado o futuro establece máximas a lograr ante su irrupción en el terreno de lo preconcebido como prejuicio.

En este orden la crítica marxista establece máximas. La emancipación social es una de ellas. La superación de la alienación se forja en un proceso de convivencia con la crítica doxa, en medio de los avatares que a la conciencia común hace la vida. Por lo que el ideal fundamentado como necesario, solo es fuente de accionar y agencia humana en la medida en que los supuestos son aprehendidos desde la necesidad interna y no como un recurso de transformación para el buen vivir en el que no todos participan, desde la condición de cada cual.

A partir de las premisas conceptuales antes situadas consideramos oportuno tener en cuenta ciertos elementos, expuestos en lo adelante a manera de tesis. Suponen un correlato analítico mayor de acuerdo a las ideas que expresan. Responden a la pregunta inicial, guía de la reflexión aquí presentada, ¿cómo hacer para que una teoría convierta su arsenal en un universo recurrente para el repertorio público o lo que es lo mismo, ¿cómo vincularla al modo de pensar y sentir de una época determinada?  Desde el punto de vista analítico, la mediación critica a partir de los elementos que aquí se presentan, resulta oportuna en nuestro entender, porque refleja el estado de la cuestión en Cuba, las ciencias sociales cubanas en específico y las de dimensión internacional. Son estos algunos indicadores que sitúan las líneas de conexión de la crítica en su sentido más abarcador, sin disrupciones que comprometan el contexto constructor de objetivos dirigidos a la emancipación humana y a generalizar lo que es tarea para las ciencias sociales en su encargo social.  En este sentido la crítica social no debe obviar:

-La direccionalidad: Debe entenderse aquí el significado de la coherencia cognitiva en términos geopolíticos y de contenido del argumento del análisis. Si la reposta en la posición crítica se vale de argumentos que niegan la posición asumida como adversaria, pero posee como denominador común el mismo sistema categorial, entonces la crítica lejos de presentar una nueva propuesta solo se convierte en una mirada de una arista del problema, reproduce el objeto de análisis aún sin pretenderlo. De ahí que la crítica debe proponer nuevos supuestos que descentralicen aquellos que han situado las lógicas de análisis en una sola dirección. Ej. Las sugerencias presentadas por las epistemologías del sur: Rompimiento epistémico de señales de construcción simbólicas, digamos por ej. Norte- Sur político. “La emancipación social presupone la regulación social, es inconcebible una sociedad emancipada que no esté regulada. Pero hay una diferencia entre regular la emancipación y emancipar la regulación. Regular la emancipación consiste en aplicar a las nuevas condiciones la misma lógica de la regulación (si no necesariamente el mismo tipo de regulación) que imperaba en las viejas condiciones, hoy superadas; la emancipación de la regulación, en cambio, consiste en establecer un nuevo tipo de regulación como condición de lo que intenta regular. Si el propósito de la emancipación social es construir una democracia-sin-fin, emancipar la regulación implica profundizar en las soluciones democráticas e intensificarlas, a medida que las prácticas transformativas las hacen necesarias. Se trata de entender a la contradicción no como un juego de roles donde el vencido adopte la posición del vencedor y viceversa. En la construcción del orden social de nuevo tipo, las imposiciones del poder van dirigidas hacia el reconocimiento (Boaventura de Sousa,2017) “en el lenguaje y en la conducta de los otros de aquello, dentro de nosotros, que llamamos razón para actuar” (Vázquez M, 2011).  Es la introspección de las condiciones externas de posibilidad para el cambio. Esto es, entender y asimilar que en el lenguaje político se incluye la imagen que es germen de la comunicación necesaria, para actuar acorde no a la repetición desmesurada de pareceres e ideas sino la transmisión de símbolos que enmarcan las diferencias con el sistema objeto de crítica. Entiéndase en este supuesto el lenguaje verbal y corporal como agentes socializadores del poder desde la institución de que se trate. Es entender el sentido de la comunicación en sus variadas presentaciones. El universo simbólico y epistémico a presentar, en concordancia con las especificaciones de todo orden, del contexto y la época.

-Tener en cuenta qué universo ausente queremos reverenciar. El entender el pasado y el futuro en una transmisión coherente cognitiva. El pasado histórico en una ilación real de rezagos, apologías, derrotas y victorias, como la vida misma. Posibilita la construcción de valores sobre la solidez de la lectura crítica de los contextos en función del contexto real actual y sobre esta base la construcción crítica de valores ajustados a la lógica de los tiempos que corren. En función del futuro, la búsqueda de la utopía en el imaginario de lo posible. No es la <eterna espera de la esperanza> sino el futuro específico que corresponde de acuerdo a lo posible a construir en este universo. Es en el sentido común: “piensa en lo que tienes, y lo que vas a hacer con lo que tienes”, en función con lo que tendrás de valorar los elementos del contexto que te asiste.

-Los Tiempos en la crítica social. El tiempo histórico reviste vital importancia. Construye un sentido, se traduce en unidad simbólica de relevancia. Toda vez que, señaliza el significado de la vida. Es de trascendencia social, se construye a partir de indicadores humanos relacionados con aspiraciones, deseos, creencias. Y es, el Tiempo, de significado biológico, resulta breve para la existencia humana, por lo que los haceres se construyen siguiendo una cronología específica donde el existir ocupa el lugar del vivir. En la crítica- doxa humana se traduce como: “más vale pájaro en mano que cien volando”. La combinación de la crítica -doxa del sentido común con la crítica social constructora de realidades sociales situadas más allá de la inmanencia, se hace necesaria tenerla en cuenta.

-La imagen en el sentido iconográfico de la vida. Hoy representa el arquetipo de construcción por antonomasia. Es referente de comunicación política y social. Construye aceptación o negación en dependencia de los códigos que se utilicen. Garantiza asimilación cognitiva en tanto posibilita: - una asimilación perceptiva, sensorio motriz (es asimilada como intermediaria entre lo que se dice y como se actúa y el cómo incorporar esto para el equilibrio asimilativo del contexto). Es asimilación conceptual - el nuevo objeto solo es concebido, comprendido, si es asimilado en los esquemas conceptuales preexistentes, es decir en el conjunto de operaciones mentales de las que dispone el sujeto. Es acomodación cognitiva. Si por el contrario el objeto se resiste al no encajar en ningún esquema anterior, hay que efectuar un nuevo trabajo, transformar los esquemas anteriores que implican las propiedades del nuevo objeto. (Piaget J, 2005) En fin, la imagen posibilita la asimilación comprensiva y afectiva del contexto creado y a generar. Posibilita el interés hacia la actuación individual y colectiva, <ajusta los esquemas de pensamiento a los fenómenos>.

-La emergencia como potencialidad de cambio. Entender la crítica social dirigida al desarrollo de potencialidades en todos los sentidos. En dirección opuesta a la naturalización de contrapartidas ideológicas que, al denunciarse y no visualizarse alternativas, se quedan en el plano del refuerzo de estigmas más que de emancipación de ataduras conceptuales.

-La utilización del lenguaje verbal, corporal. Entender el lugar de la censura. La acción reguladora de la censura produce un discurso. Ofrece un margen de contrapartida a lo que se quiere lograr (Butler J, 2005); las decisiones en el actuar se establecen en un contexto limitado, regulado en el que “el hueco qué hay entre la redundancia y la repetición es el campo de acción” (Butler J, 2004). Aunque la regulación es implícita a toda organización social, debe entenderse que este estado de cosas, impone en el discurso público un lenguaje oculto que expresa la salud del sistema organizativo o institucional que se dispone en tanto, supone un espacio de oposición de contrapartida a lo dictado como narrativa supuesta del “cómo deben ser las cosas”. “El fracaso de la censura en su intento de lograr una censura total del habla en cuestión tiene que ver directamente con: a) la incapacidad para instituir una subjetivación total o completa por medios legales, y b) la incapacidad para limitar efectivamente el campo social del discurso autorizado”. Por tanto, la censura es una forma productiva del poder en tanto constituye sujetos, identidades (Butler J, 2004, pág 217). Su campo de acción a favor de la construcción de una nación, de grupos, clases también es reconocido. Sus límites enmarcan al poder que la define. Expresan la inteligibilidad del poder, en tanto es él quien impone las normas. Regulaciones que solo son contenidas en un contexto al seguir las <coordenadas culturales vigentes>, esto es, rituales, hábitos, sujetos, que se expresan en correspondencia con las formas de autoridad dominantes en las diferentes sociedades. El rompimiento con estos patrones origina disrupciones evidenciadas a partir de las posibilidades en lenguajes corporales y orales como: el silencio, o los actos performativos, entre otros. Nos dicen de los tránsitos y la latencia del cambio como presupuesto de correspondencia entre el sujeto y la organización social, necesitada de establecerse bajo nuevas coordenadas siguiendo al contexto y a su expresión cultural.

- Revaluar el valor de la crítica doxa. La crítica asociada a la doxa enuncia postulados referidos a la experiencia y es común hacerla entender como falsa, dogmática, entre otros enunciados. La forma repetida de referencia teórica se encuentra en la obra de Platón. En el “Mito de la caverna” (libro, VII) la gruta del mundo sensible, es oscura y representa la condición humana caracterizada por la ignorancia y el engaño, pero, en este mismo texto, Platón sostiene otro principio y es que para llegar al conocimiento real y auténtico deben ser “recorridos como procesos “estos caminos del mundo sensible basados en las opiniones, conjeturas, suposiciones, sombras. Condicionan al pensar a establecerse de manera metódica al preguntarse desde esas mismas conjeturas ¿es real el mundo que me asiste? ¿Es obligatorio pensar y asimilar esta única forma de entender la realidad? Cuestionamientos que constituyen desde que se intentan formular, la base del pensamiento crítico.

- El contenido político de la racionalidad y la razonabilidad. La necesidad de entender en el análisis crítico que en política debe distinguirse la racionalidad de la razonabilidad. La racionalidad atiende a formas dinámicas de construcción equilibrada del pensamiento. La razonabilidad atiende a estrategias, a lo conveniente a realizar a partir de un pensamiento que atiende a dinámicas de lo posible. La actitud intencional de la crítica social o epistémica se dirige hacia lo racional, pero sin desconocer la estrategia para lograr el objetivo signado. Esto es: creencias, deseos en actitudes a lograr sin desconocer las formas en que los agentes sociales se adaptan a las presiones que el entorno ejerce sobre ellos. Así, la reificación de las virtudes no encuentra terreno seguro y en su lugar se ubica el esquema de - optimización- de las acciones a realizar de acuerdo a la concordancia de las aspiraciones posibles y las razonables o estratégicas.

- Entender la crítica como discernimiento, comprensión, empatía y juicios de valor. La viabilidad de tal afirmación deriva hacia una lectura de disímiles perspectivas en el análisis de las potencialidades humanas y su realización. Constituye un camino para romper patrones y generar contextos de afirmación de ideales. A la vez que reevalúa la realidad y su posible tránsito hacia otras conformaciones acorde con el principio de emancipación como requisito de llegada a una nueva época.

3- A modo de conclusión son estas tesis enunciadas. Ellas sugieren un camino a recorrer en los intentos de cumplir el encargo social previsto para las ciencias sociales del orbe. Esta contribución reflexiva constituye en sí misma un intento de aproximación a la crítica doxa y crítica social. Sin otro objetivo perseguido que la búsqueda de la comprensión necesaria, ante los avatares que a la vida común societaria suscita la convivencia y la organización de la vida social. Es una lectura entre miles, pues aún sin pretender visualizar su existencia, la presencia de la crítica doxa o crítica social es inevitable en las relaciones humanas. Constituye la manera humana de construcción de vínculos entre los seres conformadores de colectividades, de generación de conocimiento en todos los sentidos, de asimilación de verdades, de crecimiento del yo identitario. Punto de partida para la desmitificación determinista del todo social, hacia el logro del universo adecuado al mundo de lo posible en un horizonte ausente futuro.

 

Referencias

Boaventura de Sousa, S. (2017) Justicia entre saberes. Epistemologías del sur contra epistemicidios. Ediciones Morata 2017, ISBN 278-84-7112-837-9

Butlher, J. (2004) Lenguaje, poder e identidad. Editorial Síntesis ISBN: 84-9756-177-5

Caviglia Marconi, A. (2017) Crítica social, Critica Inmanente y Crítica Trascendente: La cuestión de la crítica Inmanente en la Teoría Crítica. En Revista Derecho y Sociedad, No 48

Piaget J.(2005) Inteligencia y afectividad. Editorial Aique.  ISBN. 950-701-779-8).

Vázquez M. (2011). Intencionalidad, libre albedrío y acción. Apuntes filosóficos, volumen 20 número 38.