Jorge Alemán entre el síntoma y la cura: Acerca de “Ideología: nosotras en la época, la época en nosotros”
Jorge Alemán between symptom and cure: On “Ideología: nosotras en la época, la época en nosotros”
MSc. Arian Rodríguez Benítez1
Universidad de La Habana, La Habana, Cuba
Email: arian.rdguez@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6830-245X
Recibido: 04/06/2021 Aceptado: 06/01/2022
Cómo Citar: Rodríguez Benítez, A. (2022). Jorge Alemán entre el síntoma y la cura: Acerca de “Ideología: nosotras en la época, la época en nosotros”. Dialektika: Revista De Investigación Filosófica Y Teoría Social, 4(9), 57-64. https://doi.org/10.51528/dk.vol4.id74
Resumen: El texto sometido a revisión explora la relación entre pandemia y capitalismo desde una óptica lacaniana. Alemán ofrece un diagnóstico del neoliberalismo y los excesos antidemocráticos de las ultraderechas que han emergido en los últimos tiempos, teniendo como ejes de reflexión centrales los conceptos de verdad, ideología y fantasma.
Palabras clave: Capitalismo, Neoliberalismo, Ultraderecha, Lacan, Psicoanálisis.
Abstract: The text submitted to review explored the relationship between pandemic and capitalism from a Lacanian standpoint. Alemán offers a diagnosis of neoliberalism and the anti-democratic excesses of ultra-right-wing that have emerged recently, keeping interested in notions like truth, ideology, and phantom.
Keywords: capitalism, neoliberalism, ultra-right-wing, Lacan, psychoanalysis.
Ideología: nosotras en la época, la época en nosotros, de Jorge Alemán, presenta, en el formato fragmentado de la difusión pospandemia, un conjunto de reflexiones sobre las consecuencias funestas de la construcción de un sujeto neoliberal. Debido a esto, el lector no tiene ante sí un libro a la usanza antigua, sino un texto concreto e incisivo, que posee todas las herramientas para vestirse de crítica quirúrgica a las miserias del presente neoliberal.
El texto, que busca “…vertebrar la exposición de ideas (…) abierta a distintas lecturas” (p. 11), constituye una continuación temática de dos libros anteriores: Capitalismo: Crimen perfecto o emancipación y Pandemónium: Notas sobre el desastre. Y como tal, se nota la carencia de algunas definiciones del corpus lacaniano, que serían indispensable para la comprensión de los profanos en tales lindes.
Por otra parte, un libro cuyo eje central es el neoliberalismo, carece de una definición del término. Claramente, ello no importa. Lo que describe Alemán es tan inmediato, ha calado tan hondo en el tuétano ontológico del sujeto político, que sería imposible no representarse (y haber sufrido de una forma u otra) el cáncer de la derecha ultraconservadora que asola nuestro desvencijado mundo. Es, por tanto, un saber tan intuitivo, que no necesita un lector con más preparación que vivir en el presente. El aparato categorial lacaniano es ya otra cosa, y necesita algunos desvíos conceptuales que se suministrarán en la lectura cuando sea necesario.
El primer eje de reflexión es la relación entre pandemia y capitalismo. Para Alemán (pp.15-16), ambos se expanden con mecanismos preocupantemente similares, o al menos igual de rápido. Esta visión viral del Capital, amenaza incluso con absorber aquello que lo mata, o al menos genera esa apariencia, pues en su reproducción “todo parece ser posible de capturar”. Para ello, constituye un sujeto aferrado al goce, que ha llegado a sustituir el sujeto del inconsciente como lenguaje, que propone de Lacan.
Por ello, el texto tiene como una idea central que el jouissance o goce lacaniano, funcione como el capital, y retorne al mismo lugar tal como lo hace el ciclo de reproducción capitalista. Esta idea de la compulsión a la repetición, es de raigambre freudiana, pero Lacan la adapta a su sistema para acotarla a la contemporaneidad.
A decir de Homer (2005):
“Jouissance es un término lacaniano muy complicado y no directamente traducible al inglés (tampoco al español). El término es usualmente traducido como goce, pero como veremos, involucra una combinación de placer y dolor o, mas acertadamente, placer es dolor. El Jouissance expresa la situación paradójica donde el paciente aparenta disfrutar su propia enfermedad o síntoma” (p. 89).
Pero la dificultad no acaba ahí, pues implica conocer también la relación en Lacan entre la pulsión de muerte freudiana y lo “Real”. La pulsión de muerte en Freud es un concepto tardío que resume y subsume toda la teoría psicoanalítica anterior: describe una suerte de retorno de lo vivo a una quietud inorgánica inicial, el impulso de lo vivo a regresar a la muerte (Freud, 1976a, p. 36). A dicha pulsión se contrapone una pulsión de vida que busca lo contrario, generando así el cóctel dialéctico que gobierna la vida anímica en el psicoanálisis (Freud, 1976b, p. 245).
Para Lacan toda pulsión es, sin embargo, pulsión de muerte. Y en su pensamiento hay una estrecha relación entre dicha pulsión y el goce (Homer, 2005, p. 76). En su pensamiento lo Real es una brecha infranqueable para el entendimiento humano, lo cual no implica que no exista. De hecho, la existencia de lo Real se aprecia como síntoma en el registro de lo simbólico, que se puede entender como el espacio intersubjetivo de entendimiento. Lo Real es el reino de la pulsión de muerte, y su característica es la constante repetición del trauma, del acontecimiento doloroso que habita más allá del muro de lo cognoscible.
Por ello no considera a la pulsión de muerte como un impulso hacia la muerte sino, más bien, un impulso desde la muerte (Homer, 2005, p. 89). Y esta muerte, acotada aquí como la extinción del Hombre, se manifiesta como la constante repetición del ciclo reproductivo del Capital, cuya apariencia fenomenológica es el goce. Lo cual, dicho de otra forma, implica que “… el homo economicus se puede pensar también desde una economía política del goce” (Alemán, 2021, p. 17), pues goce y capital están mórbidamente soldados en los marcos del liberalismo contemporáneo.
Para entender dicho contexto, Alemán (2021) reflexiona sobre un conjunto de elementos que describen la contemporaneidad. En primer lugar, la emergencia de un nuevo sujeto que ya no se describe en la óptica lacaniana, pues deja de estar construido por este espacio intersubjetivo de lo simbólico, para formarse en reacción a las dinámicas de la reproducción capitalista (p. 22). Por ello deja de obedecer al dictum de lo simbolico y escoge al mercado como su nuevo amo.
El síntoma del cambio es la ola de negacionismo ante la gestión gubernamental de la pandemia. Las medidas gubernamentales son apreciadas como una violación a la libertad subjetiva, como un ejercicio de poder del que hay que sublevarse. Pero lo subversivo esconde una servidumbre extrema al mercado, que busca continuar su funcionamiento neoliberal. Pues “el neoliberalismo es una suerte de absolutismo… (pues)… intenta verdaderamente una apropiación integral para lograr que se borren todas las diferencias constitutivas y las ficciones orientadoras del espacio democrático” (Alemán, 2021, pp. 23-24).
Este absolutismo, para ser efectivo, debe absorber todo aquello que aparente una amenaza, generando así un presente absoluto con apariencia de novedad (Alemán, 2021, p. 24). Debe, por otra parte, subsumir el rendimiento capitalista en la subjetividad, creando un hombre económico unilateral. Idea que, por supuesto, no escapa a reflexiones anteriores.
Sobre la unilateralidad y la vida reducida al valor, a la posesión, la Teoría Crítica de la Escuela de Frankfurt tuvo mucho que decir. Para Marcuse “…ideas, aspiraciones y objetivos, que trascienden por su contenido el universo establecido del discurso y la acción, son rechazados o reducidos a los términos de este universo” (Marcuse, 1993, p. 42). Lo cual concuerda con el argumento de Alemán (2021), para quien el neoliberalismo ha logrado que
“…la subjetividad se entregue al rendimiento, la vida del sujeto se rija por una feroz competencia (…). De tal forma que la potencialidad del neoliberalismo implica que las experiencias existenciales como el amor y la sexualidad ya no encuentren un lugar en el cual puedan desplegarse a través de los lazos sociales” (p. 27).
Por otra parte, este nuevo sujeto es un sujeto incompleto, un sujeto en falta. El neoliberalismo construye un sujeto en deuda. Claramente, la deuda es tan vieja como las relaciones económicas, y términos mortificantes como culpa, pecado y redención, son tan viejos como el intercambio de mercancías (Graeber, 2011). Pero de lo que se trata aquí no es del sujeto en falta, sino del fantasma del proceso de satisfacción de la deuda, que subsume al individuo en una espiral de renuncia y culpabilidad.
El neoliberalismo construye a un sujeto que genera
“…al mundo, en razón de su estructura constitutiva, como deudor y culpable. (…) el neoliberalismo ha logrado por primera vez colonizar esa instancia originaria del sujeto, al operar la lógica del mercado en la construcción de la subjetividad. (…) Se suele poner el acento en el gozoso consumo incesante de objetos, pero es en su carácter compulsivo y repetitivo donde permanece secreta la oscura pulsión de muerte, y su traducción —siempre posible— al canal privilegiado del odio” (Alemán, 2021, p. 31).
Toda amenaza al consumo, provocada por la pandemia, es utilizada por la ultraderecha para cimentar su discurso. De tal forma que no importa “…derrocar gobiernos de izquierdas, o nacionales y populares, sino en primer lugar lograr que la lógica amenazante impregne hasta el lugar más recóndito de la comunidad” (Alemán, 2021, p. 32). De ahí que toda restricción sanitaria se lea como una violación al dictado sacrosanto de la reproducción capitalista, y se aprecie como una violación de las libertades individuales.
Para ello se necesitan líderes narcisistas, que son el epítome del discurso neoliberal. Y no se debe confundir su discurso con los desvaríos de un enfermo mental, pues la “impunidad e irresponsabilidad” (Alemán, 2021, p. 34) son consustanciales a la exigencia de dicho discurso. Un discurso que puede presentarse como irracional sin vergüenza alguna, pues la política neoliberal ya no necesita puntos de anclaje.
Para Lacan el registro de los simbólico estaba determinado por una infinita serie de significantes y significados, de tal forma que el individuo se pierde si no existen puntos de anclaje, momentos en donde se despeja la bruma simbólica de los significantes.
Pero el discurso neoliberal se sumerge en una
“…infinita deriva delirante. (…) compensada por la actividad proliferante de los poderes mediáticos y las redes sociales, que finalmente se manifiestan en un sucesivo juego de imputaciones, fake news y rumores que se desdicen y se contraponen” (Alemán, 2021, p. 39).
Y el ejemplo más evidente es la presidencia de Donal Trump. Según el Washinton Post, en cuatro años de mandato se registraron alrededor de 30,573 afirmaciones falsas o engañosas por su parte (Kessler et al., 2021). Por todo lo cual “al no disponer de punto de anclaje, la experiencia de la verdad queda suspendida y va hacia una deriva sin límites, donde la relación con los legados históricos queda cancelada” (Alemán, 2021, p. 40).
El presente del neoliberalismo es el eterno presente de la reproducción mercantil, por lo que toda mención de sus limitaciones, o del carácter histórico del Capital, tiene que ser borrada del discurso político.
Realizado el diagnóstico del presente neoliberal y el sujeto que genera, se dedica gran parte del texto a estudiar la relación entre fantasma e ideología. Para ello se apoya en el texto de Althusser Ideología y aparatos ideológicos de Estado, Freud y Lacan, una de las más fructíferas contribuciones a una relación entre psicoanálisis y marxismo. Dicha integración ya se había realizado antes en Wilhelm Reich y Herbert Marcuse, pero para Alemán (2021, p. 62) no pasa de “intento”, pues solo en Althusser ocurre el maridaje perfecto entre ambas teorías, permitiendo un “materialismo de lo Real” (Aleman, 2018, p. 34).
Huelga brindar un concepto de ideología, pues es un término accesible al lector común. El fantasma, por otro lado, el tan elusivo como la idea vernácula que le da título. Según Fink, podemos entenderlo como “…la relación fundamental entre el sujeto y su causa electiva, la posición del sujeto con respecto a la causa” (1999, p. 56). Esto es, la forma en que el individuo se construye una relación en el registro de lo imaginario con respecto a la causa del deseo. Lo cual permite ver, a su vez, su relación con la ideología, pues ambas podrían ser concebidas como “falsa conciencia”.
Pero hay una diferencia fundamental, y estriba en la distinción entre Real y realidad que, para Alemán (2021), no existe en Althusser. La realidad es “…la suma de dispositivos fantasmáticos e ideológicos que protegen al sujeto, al darle la distancia que le permite estabilizarse en relación a lo real imposible” (p. 61). La diferencia entre uno y otro es que se puede ser, por un lado, ideológicamente progresista y, por otro lado, reaccionario ante el goce de la otredad. Lo cual se traduce, por ejemplo, en movimientos de lucha obrera cuya emancipación no incluya a la de los homosexuales y otras minorías excluidas (pp. 61-62).
El punto fundamental de Althusser es que la ideología es eterna y no histórica. A diferencia del dogma marxista anterior, no considera que el comunismo presuponga una liberación de la ideología, sino que ella es constitutiva de nuestra relación con el mundo (pp. 67-68). Es el remanso donde descanso y me reconozco (p. 69), y está determinado por el estadio del espejo de Lacan (p. 71). Si el infante se reconoce en el espejo como una versión mejorada de sí mismo (Homer, 2005, p. 24), otro tanto hace el individuo cuando vive en su ideología para evitar la realidad.
En dicha relación existe una primacía del fantaseo por sobre la ideología, pues en el primero lo Real asedia de manera más directa, mientras que la ideología está mediada por las condiciones sociales de producción. En otras palabras, el fantasma brota de una relación primordial del sujeto con el goce y las pulsiones, las instancias fenomenológicas de lo Real. La ideología, por otra parte, es más mediata, pues implica un fantasma, implica al cuerpo, cuya existencia entrará en relación después con otras subjetividades en el registro intersubjetivo de lo simbólico.
¿Cuál es la consecuencia de ello? La construcción ultraconservadora del miedo al otro. En su reflexión sobre el antisemitismo, Zizek deja en claro en núcleo perverso del miedo al otro: “Si no podemos tener acceso al placer y al disfrute, asumimos que es porque alguien ha usurpado nuestra posición y los ha tomado de nosotros. De aquí la imagen inflada de poder y potencia que se adscribe a otros grupos minoritarios” (Citado por Homer, 2005, p. 62).
Por ello “…en la construcción de un nuevo proyecto político de izquierdas, el verdadero desafío ético-político consiste en amar a la tierra natal sin hacer de la identidad una insignia, basada en el rechazo al otro” (Alemán, 2021, pp. 96-97).
Para entender la distinción, se debe separar la explotación de la opresión. Mientras la concepción clásica marxista puede dar cuenta de la lucha obrera, poco podría prever sobre la discriminación que existe en la actualidad (p. 107). El “disciplinar de cuerpos” (p. 108) de la contemporaneidad, en donde se busca reducir de nuevo al individuo a mera fuerza de trabajo, debe contrastarse con una verdadera emancipación que asuma la relación conflictiva entre opresión y explotación.
Mientras la izquierda logra este cometido, la derecha prosigue en su movimiento de antagonismo y conflicto. Ocurre, en consecuencia, lo contrario de lo anterior, y las corporalidades otras pueden aliarse al discurso neoliberal. NBC News describe el Trump pride, el curioso fenómeno de los sectores homosexuales (históricamente demócratas) que votaron por Trump (Avery, 2020). Por ello, alerta que: “…el conflicto entre las múltiples identidades no normativizadas en relación a la dominación heteropatriarcal nunca debe anular y borrar el antagonismo social que las atraviesa” (Alemán, 2021, p. 114).
De lo que se trata, al cometer la izquierda estos descuidos, es de una continua promoción del odio por parte de la ultraderecha. Ya se ha comentado como funciona el mecanismo de odio al otro según Lacan y Zizek, y se traduce acá en un continuo asedio y desgaste de la democracia definido por cuatro elementos.
En primer lugar, la derecha ha logrado una repolitización de sectores despolitizados, aquellos que habían perdido la confianza en el sistema electoral. En segundo lugar, cualquier proyecto progresista es convertido por los medios en extranjero o ajeno a la historia y tradiciones nacionales, disparando así el odio al otro. Tercero, han pactado implícitamente para sabotear mundialmente, y en acción coordinada, cualquier movimiento progresista en el mundo. Y, cuarto, sus líderes son casuales y aleatorios (Alemán, 2021, pp. 120-124).
Por ello:
“La paradoja es que para que una situación semejante se haya instalado ha sido necesario que el neoliberalismo unificara el campo de sentido en torno al término libertad, eso sí, entendido como una iniciativa privada. De ahí que cualquier actividad que se oponga a esta captura de la subjetividad «libre» es considerada totalitaria” (Alemán, 2021, p. 126).
¿Qué respuestas puede dar la izquierda ante esta situación?
El principal problema es que la derecha es “desinhibida y trasgresora” en su discurso, pero en el discurso de izquierda no vale decir cualquier cosa, pues está atado a la ética (p. 132). Ese es el poder de la derecha: como no necesita ninguna atadura, ningún punto de anclaje, puede prescindir de la verdad en su discurso. La izquierda, por su parte, debe luchar incesantemente contra la pérdida de los ejes categoriales de la verdad. Debe entrar en una “batalla de sentido” (p. 134) que no interesa a sus enemigos, pues no la necesitan.
A modo de resumen, se puede considerar que con Ideología: nosotras en la época, la época en nosotros, tenemos un texto de reflexiones aparentemente dispersas, pero hiladas en torno a la necesidad y emergencia, de un nuevo sujeto alternativo al neoliberalismo. En el texto se hecha en falta la explicación de conceptos generales de psicoanálisis lacaniano. Oscuridad imputable, con seguridad, a la oscuridad propia de Lacan, cuya relación con los filósofos es más desde la intuición y el corazón que del frio raciocinio. En el cruce entre capitalismo y pandemia, se observa en el libro la segunda como presupuesto omitido, lo que hace equívoco el enunciado de que se analizará dicha interacción. Sucede, por supuesto, que el texto es un componente espiritual de una trilogía, y quizás sea peque de unilateral una revisión exclusiva de uno de ellos.
No obstante, y a pesar de todas estas sutilezas, el mensaje del texto es tan necesario, es tan urgente, que desarma toda crítica ante la necesidad imperiosa de un proyecto político “con todos y para el bien de todos”, urdimbre esencial del sublime ejercicio de la democracia y la libertad.
Referencias
Aleman, J. (2018). Capitalismo: rimen perfecto o emancipación. España
Alemán, J. (2021). Ideología: nosotras en la época, la época en nosotros. Ned Ediciones.
Fink, B. (1999). A clinical introduction to Lacanian psychoanalysis. Harvard University Press.
Freud, S. (1976a). Obras Completas (2 ed., Vol. 18). Amorrortu.
Freud, S. (1976b). Obras Completas (2 ed., Vol. 23). Amorrortu.
Graeber, D. (2011). Debt: The first 5000 years. Melville House.
Homer, S. (2005). Jacques Lacan. Routledge.
Marcuse, H. (1993). El hombre unidimensional: Ensayo sobre la ideología de la sociedad industrial avanzada. Planeta-Agostini.